domingo, 6 de junio de 2010

Rompe de una vez

Rompe de una vez, anda, que la vida es ahora. Yo tengo lleno el pecho de amaneceres pero en tus ojos duerme un ocaso eterno. Hija del Sol, hermana de la lluvia, ser de viento. Ve a romper tu tristeza en silencio. Yo no sé qué esperas, tu lugar es éste, tus pies se apoyan en la tierra y tus cabellos brillan bajo las estrellas. Andas entre ceibas, alcatraces y calandrias. Tus ojos se humedecen cuando picas cebolla, estornudas con el polvo, el hollín mancha tus manos. Comes, duermes, ríes y abres las piernas boca arriba sobre un lecho, eso eres. Llénate la boca de trozos de peras verdes, blancas y amarillas, cúrate con miel las heridas del amor, lame los pasos del desamparado corazón que abandonas para borrar sus huellas. Deja que el pasado cierre la boca, no prolongues más su lánguido bostezo. No te adormites repasando los recuerdos, resplandece mejor ante lo incierto. ¿Qué si alguien va por ahí manchado con tu sangre? ¿Qué si no soy Adán ni tu Eva? ¿Qué si Dios no es? Déjalo, entiérralo todo, escupe sobre el montoncito de tierra removida y sigue tu camino. Despacio ahora, a gotas, deja caer tu alma sobre mí.

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